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El pH una característica fundamental en los secantes

La propiedad más valorada en los secantes e higienizantes de cama es que presentan una alta capacidad de secado. No obstante, estos productos también tienen una importante función antiséptica que es interesante tener en cuenta a la hora de comparar los diferentes formulados del mercado. En muchas de las formulaciones secantes comercializadas la capacidad antiséptica viene determinada por el pH del producto, es decir, por su nivel de acidez o basicidad. 

Tradicionalmente los ácidos se han podido identificar por su sabor, como en el caso del limón (ácido cítrico) o el vinagre (ácido acético). Además, estas sustancias se diferencian porque son capaces de atacar materiales como el mármol o algunos metales. Por otro lado, las sustancias conocidas como alcalinas son opuestas a los ácidos y en contacto con ellos amortiguan sus efectos. El sabor de estas sustancias alcalinas suele ser amargo y producen una sensación jabonosa al contacto con la piel. 

La acidez de las sustancias depende de su capacidad de ceder o captar protones hidrógeno (H+). Una sustancia ácida cede protones de hidrógeno, mientras que una alcalina o básica los capta. Esto nos permite interpretar las reacciones entre ácidos y bases como aquellas en las que se produce transferencia de protones. La escala de pH que varía de 0 a 14 es una medida de la concentración de iones de hidrógeno (H+) presentes en una disolución. El pH 7 es neutro, cualquier valor por debajo de esta cifra tiende a la acidez, mientras que cualquiera por encima tiende a la alcalinidad (o basicidad).

 

El pH de la piel

La piel está constituida por una primera capa que cuenta con un microbioma propio en cada individuo formado por microorganismos (bacterias, hongos y virus) de vital importancia para su desarrollo. La primera capa de piel constituye un escudo que junto con el sistema inmunitario defiende los organismos de ataques externos.

El pH de la piel es más bien ácido (4,5-5,7) variando un poco entre las diferentes especies animales. Además, existen una serie de factores que pueden alterar el pH de la piel: cambios de temperatura y de humedad, suciedad y contaminación, exceso de lavado, productos ácidos y alcalinos, etc. Los productos que se pongan en contacto con la piel con pH inferior o superior al rango mencionado anteriormente van a afectar negativamente al Microbioma propio del animal que trabaja como defensa del organismo. Cuando debilitamos la piel deshidratándola o secándola en exceso se vuelve por tanto más sensible siendo más susceptible de sufrir infecciones o enfermedades, como por ejemplo la dermatitis atópica.

En las fases iniciales de desarrollo el pH de la piel es algo más elevado (5,5-6,5) ya que la primera capa protectora del Microbioma no está formada completamente. Además, la piel varía de pH según su ubicación siendo este algo más alto por ejemplo en la zona genital (6,5). En estos momentos iniciales, o estas zonas, con pH más elevado aumentan las probabilidades de que proliferen bacterias indeseadas que generen algún trastorno al animal.

El pH del producto secante

Conforme ya se ha mencionado la mayoría de productos secantes con capacidad higienizante o antiséptica presentes en el mercado tienen pH ácido o básico, lo que tienen una serie de consecuencias negativas sobre la piel del animal.

También existen secantes con pH neutro que presentan capacidad antiséptica. A estos productos se les añaden determinadas sustancias o aditivos que ayudan a reducir la presión microbiana sobre la piel del animal independientemente del pH del producto. Los formulados DF BLUE FARM pertenecen a este último grupo de secantes neutros que respetan la piel de los animales.

Es por tanto fundamental que a la hora de seleccionar un secante conozcamos no solo su capacidad de secado, si no el pH del producto, siendo altamente recomendable que sea un producto neutro o cercano a la neutralidad.